TIPOS DE PÉRGOLAS

Lo primero que debemos tener claro es para qué la vamos a necesitar un pérgola y dependiendo del lugar donde vivimos, sea soleado, lluvioso o mixto, elegiremos un material u otro. En función de las características de nuestra terraza o jardín, si la queremos para crear una zona de comedor o, si tenemos una piscina, quizás la necesitamos para crear una zona de sombra. También debemos tener en cuenta el espacio del que disponemos para considerar el tamaño de la pérgola.

Una pérgola retráctil es aquella que se puede abrir o desplazar, según nuestras necesidades. Si queremos tener más luz, podemos abrir las lamas y así el espacio bajo la pérgola tendrá una mayor luminosidad. En caso de que esté lloviendo o haga demasiado luz, podemos cerrar las lamas automáticamente y disfrutaremos mejor del espacio

Las pérgolas bioclimáticas son las más eficientes y las que menos cuidados necesitan. La estructura es de aluminio, aunque se le puede dar diferentes acabados. Pero lo interesante de esta opción es que permiten regular la temperatura del interior, la intensidad de la luz y el viento que entra gracias a sus lamas orientables.

El aluminio se caracteriza por su resistencia y durabilidad, es una de las opciones más modernas y tiene la ventaja de que se adapta a todos los entornos. En relación calidad precio es el material más recomendable, es ligero, se puede montar y desmontar fácilmente y es resistente a los cambios climáticos.

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